El camino de la fe | Día 19

«El que reflexiona en los hechos tendrá éxito; ¡feliz el que confía en Yahvé! El que tiene la sabiduría es el verdadero inteligente: las palabras acertadas atraen la adhesión» (Proverbios 16, 20-21).

Día 19 | Hoy pídele a Dios no apartarte nunca de su lado

“Cuando alcances el éxito deseado, sino está Dios a lo largo del camino… Si incluso alcanzas un éxito aun mayor al que habías imaginado, pero no está Dios al final del camino, entonces todo te dejará sabor a insuficiente y gusto a nada, pues lo logrado hasta entonces será como agua que se escurre entre los dedos de tus manos.”

— Padre Gustavo Jamut

La Real Academia de la Lengua Española define la palabra “éxito” de tres maneras: 1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc. || 2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo. || 3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.

Pienso que nuestra percepción general del éxito es alguien que ha alcanzado una meta y que este logro, de alguna manera, le produce satisfacción… por ejemplo, el general triunfó en una batalla, tuvo éxito y fue condecorado con honores… la jovencita que brilló en el concurso de belleza, tuvo éxito y conquistó la corona del certamen… el cantante que vendió un millón de copias de su disco, tuvo éxito y alcanzó la fama… el éxito tiene muchas caras… y todos lo experimentamos de muchas maneras a lo largo de nuestra vida… sean grandes logros… o pequeñas conquistas… todos conocemos la alegría de haber realizado bien una labor…

Pero, ¿cuál es la motivación que nos impulsa a lanzarnos en un proyecto y perseverar hasta alcanzar el éxito…? Fíjate, eso que nos mueve es tan importante o meas que él éxito mismo… volvamos a ver lo ejemplos… el general, ¿fue a la batalla por defender a su país o porque tiene un mórbido gusto por la violencia y la guerra…? La joven hermosa, ¿participó en el certamen de belleza buscando seguir un carrera como modelo o por vanidad, para que su belleza fuera admirada…? El cantante, ¿desea llevar su arte y tiene algo que decir con sus canciones o lo que le interesa es la fama y el dinero que recibe…? Verás, el éxito pasa, es efímero… no hay duda que deja un buen sabor en los labios… pero luego de alcanzar la meta, ¿qué…? Lo que nos empuja a alcanzarlo, en cambio, habla de nosotros… de quiénes somos y lo que llevamos en nuestro corazón… y eso permanece aún después que el éxito haya pasado…

Lo vemos a diario… el hombre de negocios que nunca está satisfecho de sus ganancias y siempre quiere más y más y más… o el político que pretende aferrarse al poder y, aún después perder el beneplácito de su pueblo, sigue insistiendo en ir a una reelección… cuando lo que nos mueve es la ambición, el egoísmo y la vanagloria… resulta en un éxito vacío que nunca podrá ser satisfecho… la felicidad es solo aparente… podremos experimentar una euforia momentánea… pero no podremos sentir el gozo que perdura… porque ese gozo solamente viene de Dios…

Chiara Lubich, escritora católica y fundadora del Movimiento de los Focolares, tiene una frase que muestra el significado del verdadero éxito… el éxito de haber encontrado a Dios,

Te he encontrado en muchos lugares, ¡Señor! Te he sentido palpitar en el silencio profundo de una ermita alpina, en la penumbra del sagrario de una catedral vacía, en el palpitar unánime de una muchedumbre que te ama y llena las arcadas de tu iglesia de cantos y de amor. Te he encontrado en la alegría. Te he hablado más allá del firmamento estrellado, mientras, de noche y en silencio, volvía del trabajo a casa. Te busco y a menudo te encuentro.

Hoy hagamos un alto para conversar con el Señor todos nuestros planes y proyectos… pidámosle que nos muestre cuáles están dentro de su Voluntad… y trabajémoslos con más entusiasmo y esfuerzo para que puedan dar frutos de santidad para nosotros y nuestros hermanos… en eso radicará nuestro éxito… en estar cada día más cerca de Dios y de lo que Él espera de nosotros… para que un día podamos decir como Chiara, “te busco, Señor, y a menudo te encuentro”…